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¿Es indispensable usar un tónico en tu rutina facial?

Su función más conocida es la de equilibrar el pH de la piel. Y, de paso, acabar con los posibles restos de suciedad que no se hayan ido con la limpieza.


Esta función nos es útil si hemos usado un producto que nos ha alterado el pH (como por ejemplo un ácido) y queremos neutralizarlo pasados unos minutos. Pero, la verdad, es que no debería ser necesario si únicamente cumpliera esta función y solamente lo fuéramos a usar después de la limpieza facial.



¿Porqué? Si usamos productos de limpieza adecuados y gentiles, el pH de nuestra piel no se alterará.


Pero…¡OJO! Eso no quiere decir que debas prescindir de él. Partiendo de la base de que nuestra piel esta en constante cambio y que muchas veces no escogemos bien el producto con el que nos realizamos la limpieza, el tónico ya nos asegura rectificar a tiempo y preparar la piel para potenciar o complementar nuestra rutina con los productos que apliquemos después. Y lo más importante, no todos los tónicos son iguales.



Según los ingredientes que lleve, las necesidades de nuestra piel y los activos que aporten el resto de los productos de nuestra rutina de cuidados, el tónico tendrá muchísima utilidad. Aquellos con activos hidratantes o calmantes como el aloe vera y la avena están especialmente indicados para esas pieles secas, maduras o alteradas que agradecen un extra para ponerse en forma antes de comenzar con los cuidados específicos.


Y tu, ¿usas tónico en tu rutina diaria?






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